miércoles, 11 de septiembre de 2024

Estuvo muy bien que fuera al viaje me sirvió para meditar para pensar, leí un poco, pero en realidad seguí meditando:

"A veces en medio de cualquier camino
la pérdida de un corazón
que late con el tuyo de forma indeleble
hace que todo se torne lento
el rol del tiempo
se pega fuerte a la punta del camino
al puente de uno u otro lugar"



Otra vez en Concepción: todo se restaura, lo mejoran, lo construyen, lo reconstruyen. Lo re reciclan, el estadio, el terminal de buses; sin embargo, el locutor del terminal  pareciera que sigue siendo el mismo desde unos 40 años, podría asegurar que es la misma voz nasal como si hablara muy cerca del micrófono y te hablará al oído, es lo mismo que pasa cuando uno recorre las calles de Concepción pareciera que las mismas personas son las mismas, solo cambian de generación, los mismos jeans las mismas chaquetas, los mismos rostros. Hay algo en este lugar que me hace sentir en la "zona de bienestar",  algo parecido al lugar desde de donde uno viene. Lo más probable es que no me quiera quedar en Concepción, pero sin lugar a dudas esa voz nasal me hace sentir secretamente en casa.

Luego ya en la iglesia, en la calle Arturo Perez Canto (cerca hay una multicancha, un colegio y el recuerde de la casa de una mujer que amé y que ella nunca lo sospechó). 

Llegó mucha gente, por un momento esa iglesia estaba llena con amigos y una red de músicos y de gente insospechada que quería a Samuel Antonio.  Hubo mucha música, un cuarteto de múscia clásica  con un Chelo un piano y un violín interpretaron piezas clásicas hermosas. Luego se realizó un culto dirigido por Mirta Esther y por su marido. Mirta Esther, nos atrapó con su carisma, palabras cariñosas, vos firme cariñosa, sonrisa ancha y franca. Tomaron la palabra dos pastores que compartieron con él y hablaron de su trabajo y de su persona y luego me tocó decir algunas palabras en representación de la familia Quiroz.

Mi mensaje inició señalando que alguna vez yo había soñado tener fe y se parecía mucho a este momento cuando escuchaba cantar el coro de la iglesia que cubría todo con sus voces con mucho entusiasmo energía y con una sensación colectiva inigualable conmovedora y que teniendo fe o no teniendo Fe la música era un momento de Unión a partir de ese ese hilo indeleble que une a las personas y que en momentos como este pareciera que ese hilo indeleble entre los que somos familia se fortaleciera y se renovara con más fuerza me parecía que Samuel Antonio fue un hombre tremendamente talentoso sin duda con ribetes de genialidad y que pareciera que esa forma que tenía corta de palabras pero muy intensa apasionada se vertía todo sobre las teclas del piano y era una de esas personas que su sensibilidad y su Rebeldía hacían que pareciera que no cupieran su cuerpo y que esa intensidad lo acompañó por siempre

Dejé un saludo desde el afecto profundo y desde la fe en los seres humanos y las personas y un mensaje que refería a lo breve que es la vida y lo importante que es abrazarse cada vez que fuese posible.

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