Venimos desde el fin del mundo pero desde el inicio de los sueños.
Podríamos convocar cientos de palabras prestadas.
Sin embargo, convocaré sólo algunas.
Afírmense muchachos:
Si el tiempo fuese un templo es leve sólo un suspiro.
Les invito a escuchar el susurro del camino
a entender el arte de obligar al lenguaje a ser eficiente,
que interese inmediatamente al espíritu, el oído y otra vez escuchar.
Como el deporte de las profundidades -apnea- entre más profundo más aguantas la respiración, entre más tranquilo más lejos llegas.
Como el mar, el mar que siempre comienza.
Algunas veces hay que pedir prestado el sol a los vecinos.
Se sabe que del carcajeo a las lágrimas sólo hay un tris y viceversa.
Dejen más bien que haya un mar meciéndose entre las costas de sus almas para que no se topen y sencillamente fluyan.
Como Puerto Rico, en su infinidad de colores que se mueven entre el azul claro y el verde esmeralda, Como La Maga-Malva, que florece todo el año.
Como tu helado de arándano y tu helado de chocolate.
Como las cordilleras, desiertos, la patagonia austral, poetas y vinos chilenos.
Rugiendo, aturdidos respirando frente a frente.
Por segundos pareciera que todo es como lo han elegido.
Les dejo aquí 7 artículos de primera necesidad:
1. Levedad cotidiana.
2. Ardor - fervor.
3. Perseverancia en la cocina.
4. Sostener el cielo y el piso.
5. El amor, que como la palabra -casi- se explica por sí sola.
6. Entender la evolución y la libertad como dictamen.
7. Ser como los ríos, desembocar cada noche en ustedes al desvestirse, el río es el mismo pero nunca pasa igual dos veces.
Qué gusto escuchar tu canto desde niños hasta hoy hermano mío.
Qué gusto ver esta suma virtuosa, hermosa, florecida de quien eres Camila mía.
Para ustedes el amor sin fin, sean bendecidos.
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