Escribo por urgencia
cuando me moja el río
y nado
Cuando se atora la garganta
con una frase sumergida y atrapada
Voy por ella
como a una presa
un suspiro en el ánimo de que ahora sea
Soy de los que huelo
huelo la boca
el único libro que un amigo entrañable me animó a publicar
se llama “En la boca”
lo primero que hice fue olerlo
voy por ella
por la del río
por la boca y lengua que hablamos
por la del lobo y la loba
por la de Tamara
la que se fue a la guerra pidiendo justicia
Dónde estás le pregunto a la pinche noche
Son verdes, son de laguna y de mar
los ojos actos
alados y azules que llevo conmigo
Manos de escritorio
Yemas grandes afectuosas
estoy seguro saben leer
primero y después que los ojos
Tronco de paloma
fornido diría la que planta árboles
la que entierra libros llenos de palabras pare evitar sus incendios
Rizos claros hubo sobre mi frente
me abandonaron
como 27 otras ilusiones inciertas
Se ha abultado mi abdomen de placer, vinos, recetas, pócimas
sí, mis inversiones financieras allí viven sanamente su alegría
Mis piernas van
caminan
van
ni hablar
juegan, corren, trotan kilómetros
recuerdo mis primeros 21 y otros 36 de caminata
Mis pies enfrascados en una fuerte discusión talón a talón
invocando la responsabilidad de cada uno de hacer su trabajo y avanzar
por las ideas que movilizan ideas y algunas rabias
la convicción
la certeza de lo injusto
la acción aclarada
nítida por esa sed necesaria de justicia
vuelvo a la boca
Si fuera un príncipe de la palabra
oler
tocar
expandirse en un abrazo
sería un buen reino de este Gabriel Reyes